Los participantes del trekking al Cerro el Negrito, en las Cumbres Calchaquíes tucumanas, llevado a cabo los días 11, 12 y 13 de octubre de 2014, por la ruta de la Quebrada de Barón, se encontraron al llegar a los 4000 m snm, con una sorpresa (para los nuevos) que siempre motiva un sinnúmero de preguntas: los restos de un avión accidentado de vieja data. Inmediatamente surgieron las preguntas de «¿Cuándo?» «¿Cómo?» «¿Quiénes?». Los restos de aluminio, fríos y limpios en el puro aire de la altura, están esparcidos cientos de metros por el terreno. A lo largo de los años, el viento ha repartido más lejos aún las piezas más livianas… y los caminantes que pasan por el lugar se han ocupado de distribuir por todo el país otra parte más de los remanentes.
El tiempo también había limitado la memoria que teníamos del acontecimiento, pero lo que sí sabíamos era quién tenía datos fehacientes -al menos, publicados en la época- sobre el accidente. Fue llegar de vuelta a Córdoba, y la primera vez que nos cruzamos con Miguel Angel «Cachito» Cáceres en el Club, indagamos sus recuerdos; y a la semana siguiente, nos aportaba tres fotocopias ¡inmensas! de la revista Así, con la característica impresión en blanco y negro, tipología catástrofe y grandes fotos que estilaba. Dos páginas centrales, y la contratapa, totalmente dedicados al hecho, con toda la data que el periodista había logrado reunir a la fecha de entrada en imprenta del ejemplar.
Los datos duros de la publicación refieren a un avión de la gobernación de la Provincia de Córdoba, que había partido el 4 de abril de 1971 en gestión oficial rumbo a Salta, con tres tripulantes, y que había comenzado el regreso el día 7 de abril. Desde ese momento se dejaron de tener noticias, hasta que los restos fueron divisados por un grupo de universitarios tucumanos que estaban practicando montañismo en la zona (recordamos que en el sector de acampe, hay una pintada de un «Grupo Condor» de montañismo de Tucumán del año 1968). Bajaron a dar aviso; rápidamente se organizó el rescate de los restos, y el artículo finaliza con algunas de las preguntas que nos hacíamos en el lugar. Particularmente, el porqué de la ruta, a través de una zona de cerros muy altos, alejada de lo que sería el recorrido natural, por el llano tucumano.
Como encuadre histórico, ese mes de abril de 1971 el interventor militar en Córdoba era un pampeano, el contraalmirante Guozden, quien quince días atrás se había hecho cargo de la provincia luego que una pueblada diera cuenta del anterior interventor, en un hecho recordado como «el Viborazo». Qué tenían que hacer en Salta, porqué llevaban un maletín con el equivalente a unos U$D 28.500 al cambio de la época, son algunas de las preguntas que también se hizo el periodista, y que allí quedan, para darle un toque de misterio a toda la situación.
Acompañamos este relato con las copias de la revista original, gentilmente provistas por Cacho Cáceres, parte de la memoria viviente del CAC!
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