Extractos de una carta relatando la salida… :
Un finde espectacular. Nublado y frío el sábado, hasta las 13, cuando paramos el envión en subida, y ya estábamos en el filo divisorio de aguas y listos para almorzar. Salió el sol, y nos clavamos un almuerzo-siesta (…algunos en particular…) al solcito y acovachados tras una pirca, con un paisaje para todos los gustos. Hasta ahí fue camino de 4×4, bueno y solitario, así que era una delicia subir. Luego se puso un poco más complicado, porque comenzamos a bajar sin que el sendero fuera claro.
Tuvimos que hacer un par de idas y venidas, hubo unos 150 m de bajada por lajas y yuyos, y ya estábamos en un arroyito que venía a ser el Río La Rinconada. Al segundo toque, acampamos al pie de un pinar (ralo, como todos los que están por ahí) con buen reparo, a las 4 de la tarde. Armamos carpas, tomamos unos mates, y nos fuimos a recorrer un poco, buscando la salida para el domingo. Ahí nomás, a los 500 m, ya teníamos el lago del dique a los pies (unos 300 m más abajo). Un exceso. Nos quedamos como una hora charlando y disfrutando el solcito que se iba poniendo con el espectáculo abajo (y el Uritorco arriba, que es un cerro muy hermoso). Volvimos a las carpas, hicimos un relax (que incluyó alguna siesta tardía) y cena tempranita. Para las 9 estábamos compartiendo la cena, chacoteando como de costumbre. Tipo 10 no se oía más que el viento, todos en las carpas. El viento… era interesante. Estábamos reparados, y al norte nuestro estaba un col, por donde pasaba el sendero, y también pasaba el viento. Sentías las ráfagas creciendo, el ruido de los pinos se iba magnificando, luego se empezaban a batir con fuerza las carpas, una o dos veces, y al final era como cuando se va alejando un avión… toda la noche así, pero felizmente no se voló nada. El domingo arrancamos tipo 10:30, y para las 12 estábamos en el dique. Paseamos un poco, y fuimos a almorzar a la otra punta. Alrededor de las 14 comenzamos la bajada, por la Quebrada del Toro. La vegetación cambió totalmente, molles al principio, luego cocos y finalmente los horco-quebrachos casi totalmente rojos a esta altura de la temporada. A las 16:30 estábamos en La Toma. Paramos unos metros antes, al sol y sobre el arroyo, para tomar mate y remojar los pies. Coronamos la jornada con un "refrigerio" en Capilla del Monte, incluyendo la vista del Uritorco iluminado por el sol poniente, y una luna llena…. para qué te voy a contar.
