El fin de semana del 21 y 22 de Febrero fue el momento elegido para realizar la apertura de la temporada de Trekking 2009. El destino: la quebrada de la Retamilla, en el faldeo norte de los Gigantes. La baja dificultad del recorrido fue la excusa perfecta para que al grupo de trekkinistas nos uniéramos algunos novatos. En total, 19 personas.
La aventura comenzo en Casas Nuevas, luego de unas 2 horas de viaje en traffic desde la ciudad de Córdoba. La mañana estaba fresca, con llovizna y la visibilidad reducida a algunos cientos de metros. Gracias a la generosidad de los habitantes de la casa, pudimos usar la cochera para prepararnos y alistar el equipo al reparo del agua. La caminata comenzó cerca de las 11 de la mañana, atravesando algunos arroyos y subiendo y bajando cuestas por un terreno lleno de piedra, característico de la formación de los Gigantes. La llovizna nos impidió disfrutar de la vista del cerro los Gigantes que, según me dijeron, puede apreciarse desde esa parte del recorrido. Pasadas las 2 de la tarde encontramos por casualidad una cueva muy acogedora que nos brindó una excusa perfecta para parar a almorzar al reparo del agua.
Por la tarde entramos en la quebrada de la Retamilla, que no abandonaríamos hasta finalizar el recorrido. Cruzando arroyos, saltando pircas y trepando cuestas llegamos al lugar de campamento cerca de las 5 de la tarde. En ese momento el clima nos dio un respiro para poder armar las carpas sin viento ni llovizna. Algunos aprovechamos que todavía quedaban unas horas de luz para pescar algunas truchas con mosca en un pequeño pozón cercano al campamento. A la noche, Christian nos deleitó con un asado magistralmente preparado, que siguió con una amena sobremesa en la que no faltaron historias, chistes y algo para tomar.
El domingo amaneció frío y nublado, pero de a poco el cielo comenzó a limpiar dándonos la oportunidad de salir a recorrer la zona. Tratando de encontrar los lugares de anidación de los cóndores que se veían desde el campamento, terminamos ascendiendo a un cerro de casi 2000 metros de altura, desde donde se podía apreciar un paisaje fantástico de la zona. La vuelta, algo más complicada que la subida, nos tomó algo más de lo previsto pero nos regaló unas vistas espectaculares de la quebrada y las zonas cercanas. Como detalle final del recorrido matutino, visitamos una hermosa cascada escondida donde Nico aprovechó para refrescarse.
De vuelta en el campamento, desarmamos las carpas y almorzamos algo apurados debido a que llevábamos bastante tiempo de retraso. El tramo final del recorrido fue bordeando el arroyo la Retamilla, cruzando algunos arroyos, formaciones rocosas y campos de pajas bravas bastante altas. Al final del recorrido nos esperaba la traffic para llevarnos de regreso al punto de partida, donde nos esperaban unas riquísimas empanadas criollas que sirvieron como excusa para seguir compartiendo momentos agradables.
Esta aventura nos brindó un recorrido accesible, pasando por lugares realmente hermosos. Nos dio oportunidad a los novatos de conocer un poco más en que consistía la actividad. Pero sobre todo, nos dio la posibilidad de compartir gratos momentos con un grupo de gente fantástica que hacían que cada momento fuera aún mejor. Yo personalmente quedé tan encantado con la salida que me hice miembro de club dos días después. (Facundo "Mosca" Picco)
