TREKKING: RELATO del ascenso al Champaquí con Luna Llena – 20/11/2010

    Muy temprano ese sábado nos reunimos los 24 integrantes del grupo que realizaría la caminata y ascenso nocturno al Cerro Champaquí. Luego de casi tres horas de viaje en  trafic y cuando el sol ya estaba bien en lo alto llegamos a Villa las Rosas donde doblamos en dirección Este hacia el pié de la montaña y al transcurrir unos pocos  kilómetros llegamos al punto de partida, Los Molles. El intenso calor de la mañana pronto se hizo sentir. Con las mochilas listas y las botellas de agua cargadas, iniciamos el recorrido hacia el punto más alto de la provincia. Nos esperaba un largo día por delante….
  

    Leo, nuestro guía, a través de un estrecho sendero nos condujo hacia el corazón de las sierras, pasando tan pronto por un simple pajonal como de repente por un mágico bosque de tabaquillos. En este recóndito bosquecillo, inmersos en la exuberante vegetación y junto a un pequeño arroyo de aguas frescas y cristalinas donde pudimos  saciar nuestra sed, encontramos el sitio perfecto para almorzar luego de varias horas de caminata.

    Finalizado el descanso, retomamos nuestro rumbo, pero Leo, tras hacer unos pocos pasos, tuvo que ser auxiliado debido a los intensos calambres que se apoderaron de sus piernas. Quizás sólo pretendía despojarse de su pesado equipaje, que fue a parar a espaldas del pobre “Bestia”… quien se había llevado una pequeña mochila con sus pertenencias básicas ¡y  terminaron cargándolo con semejante peso!…

    A la tarde, ya exhaustos, llegamos a un pequeño paraíso rodeado de altas montañas al que llaman el Hueco. Allí llenamos nuestras pancitas y descansamos algunas horas: teníamos que juntar energías para la noche que se nos avecinaba. Algunas vacas hambrientas le interrumpieron el sueño a más de uno en varios intentos fallidos de conseguir algo de comida.

    La noche pronto llegó. El cielo se cubrió de una suave niebla que dejó ver, a través de ella, una enorme luna llena. Tal era la claridad de la noche, que continuamos el camino a la luz de la luna. Solo en unos pocos minutos en que el cielo se encapotó aún más, hubimos de usar las linternas. Una tormenta no muy lejana, con rayos y truenos nos rodeó, pero no llegó a interponerse en nuestra ruta…

     A medida que íbamos avanzando y las horas transcurriendo, el sueño y el cansancio acumulados durante el día se hicieron más poderosos. ¡Como disfrutábamos los pequeños descansos de tan sólo unos segundos!

     Después de más de 5 horas de caminata nocturna, paramos a tan sólo unos metros de la cima del Cerro Champaquí. Luego de algún intercambio de ideas entre los líderes del grupo sobre donde debíamos acostarnos a descansar, caímos rendidos, sin más aliento, con solo la fuerza suficiente para desplegar las bolsas de dormir… y el dulce sueño se abrió paso entre nosotros…

    Algunas de las chicas que se despertaron temprano para ver el amanecer, cuentan que fue algo precioso y los más dormilones nos despertamos cuando el sol brillaba ya alto. La mañana se presentó fresca y tomamos el desayuno sin salir de las bolsas. El paisaje ante nuestros ojos era maravilloso: el valle de Calamuchita se extendía, inmenso, a nuestros pies.

    Pero todavía nos faltaba un poco más para llegar a la cumbre y cumplir el objetivo: aún teníamos que subir unos metros más… Preparamos nuestras cosas y seguimos viaje. Fueron unos pocos minutos hasta que llegamos a la cima… Si, llegamos al fin!!!

    Desde lo más alto del Cerro Champaquí nuestros ojos y nuestras almas se pusieron plenas de 360º de verde-piedra-cielo-valles-montañas y el conquistador que llevamos  adentro gozó del espectáculo y del logro…Después, por un único mágico instante, nadie en Córdoba estuvo, con los pies sobre la tierra, a mayor altura que cada uno de nosotros cuando le tocó trepar a la torreta (del IGM) ubicada en la cima.

    Después, se realizó el acto de los “Sueños de los niños y jóvenes del Bicentenario” con motivo de la “Travesía Integral de las Sierras Grandes” llevada a cabo por el CAC en Mayo del 2010; con la emoción y el respeto con que se llevan a cabo los actos que se proyectan hacia el futuro, el cual será develado dentro de mucho tiempo…

    Ahora, repasando estas líneas, siento que todo lo escrito aquí podría resumirse en una sola expresión: FELICIDAD TOTAL.

    Para terminar  quiero agradecer a los miembros del Club Andino Córdoba la posibilidad que me dieron de poder participar en esta maravillosa experiencia…
                        
Noelia Gomez

    Gracias Noe por compartir con nosotros tú vivencia, esperamos que puedas seguir compartiendo buenos y lindos momentos junto al CAC.